Dice el refrán que más vale prevenir que curar… y razón no le falta. En el cuidado del medio ambiente, la prevención también es esencial, y en este sentido podemos establecer un principio de jerarquía en la gestión de residuos.

La primera medida debería ser obviamente, la preventiva, y es el camino más eficaz para proteger el medioambiente y lucha contra el cambio climático.

Por orden de mayor a menor prioridad, la reutilización, sería la segunda opción, cuya apuesta irá justo delante del reciclaje, un elemento clave en el desarrollo de los nuevos procesos productivos.

El reciclaje es un elemento clave para transitar de un modelo lineal de consumir, usar y tirar a uno circular, donde los materiales reciclaje se incorporan nuevamente a la cadena de producción en forma de materia prima, produciendo nuevos o diferentes elementos.

Si no fuera posible reciclar, y antes de su abandono, la cuarta opción en la cadena de la gestión de residuos sería la valorización. Si ni aún tiene valor el residuo para valorizar, debemos eliminarlo en el vertedero, cómo última alternativa.

Puesto que la prevención es el camino más eficaz de protección del medio ambiente, una forma adecuada de actuar es mediante la aplicación de criterios de “Ecodiseño”, en la fase de producción.

Se trata de diseñar el producto y todos sus componentes de la forma más eficiente y sostenible posible, pensando en todas sus etapas: desde que se obtienen las materias para su elaboración, hasta que se convierte en un residuo. 

De esta manera, además de reducir el impacto ambiental, se ahorra dinero a lo largo de toda la cadena de producción y consumo. El diseño convencional no prioriza el componente ambiental y solo se fija en el producto en sí, de manera que el consumo de energía, materias primas y generación de residuos es mucho mayor.

El uso generalizado de envases entre los consumidores hace que la aplicación de estos criterios sea también fundamental para el cuidado del medio ambiente.

A modo de ejemplo, las empresas envasadoras de bebidas, han implantado en nuestro país más de 1.000 medidas de ecodiseño de envases en los últimos diez años, que han supuesto un ahorro de más de 20.000 toneladas de materias primas y emisiones de CO2 a la atmósfera.